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La serrapeptasa es una enzima proteolítica que se obtiene de una bacteria llamada Serratia E-15 que se aloja en el tubo digestivo del gusano de seda. Su principal función es ayudar a disolver el capullo del gusano una vez que se transforma en polilla.
Esta enzima ayuda a la digestión de las hojas de morera principal alimento del gusano de seda y disuelve la estructura muerta que persiste en el capullo muerto, permitiendo a los gusanos abrirse paso y salir al exterior, sin dañar las fibras de seda.
Es muy importante esta característica de la serrapeptasa, que disuelve los tejidos muertos, pero no la seda de los capullos.
Esta enzima fue aislada por primera vez en Japón en la década de 1960. Poco después se empezó a comercializar y se convirtió en uno de los suplementos nutricionales más vendidos en Asia, Europa y América del Norte. Desde entonces es utilizada como analgésico natural.
El médico y físico alemán Dr. Hans Alfred Nieper realizó diversos estudios con serrapeptasa para ayudar a disolver obstrucciones arteriales, de coronarias y de carótida. Los cirujanos en aquel momento eran reacios a operar los vasos ocluidos por coágulos, por el riesgo de que partículas pequeñas se desprendiesen y afectasen vasos cerebrales. El Dr. Nieper comunicó resultados positivos con serrapeptasa al respecto.
El Dr. Nieper defendía que la enzima serrapeptasa degradaba la fibrina y ayudaba a su eliminación, disminuyendo el riesgo de coágulos arteriales.
Diversos estudios evidenciaron la acción favorable de la serrapeptasa como antiinflamatorio y analgésico. Su acción se produciría por la inhibición de las sustancias aminoides responsables de la sensación dolorosa.
Por este motivo se recomiendan los suplementos a base de serrapeptasa en personas que padecen artritis reumatoide, fibromialgia, dolor articular o dolor postoperatorio.
La serrapeptasa es también conocida como serratia peptidasa, enzima proteica natural que trabaja de manera bastante similar a la de la aspirina, aunque sin los efectos secundarios de sangrado estomacal y úlceras que presenta muchos antiinflamatorios de venta libre. De acuerdo a diversas investigaciones preliminares, esta enzima puede ayudar en la prevención de la obstrucción de las arterias y a impedir el avance de la arteriosclerosis. Se presenta como antiinflamatorio y analgésico, con efectos similares a los de la aspirina, el ibuprofeno y otras drogas no esteroideas. Se dice que la serrapeptasa bloquea la formación de placas en las arterias, ayudando a prevenir ataques cardiacos.
Durante más de 25 años, la serrapeptasa se ha usado en Europa y Asia para tratar problemas pulmonares, artritis, lesiones deportivas y dolencias cardiacas. La serrapeptasa digiere todo tejido muerto, por lo que reduce la inflamación, los coágulos, los quistes e incluso los bloqueos arteriales. Debido a que se desconocen efectos colaterales de esta enzima y como no interfiere en el sistema inmunológico, ha ayudado a un significativo número de personas con una variedad de complicaciones.
La serrapeptasa ayuda, también, a eliminar secreciones bronco-pulmonares (efecto mucolítico), acelera la recuperación en cuadros inflamatorios en oídos (otitis) y garganta (disfonías, faringitis), favorece la cicatrización de lesiones, son sólo algunos de los tantos efectos que ofrece la serrapeptasa.
Si toda esta información la trasladamos al momento actual de pandemia que vivimos, debemos destacar que a estas alturas sabemos que las células endoteliales son el principal objetivo del SARS CoV-2. Los estudios sugieren que el daño al endotelio, que son las células que recubren los vasos sanguíneos, contribuye al desarrollo de coágulos de sangre o trombosis en los vasos sanguíneos en pacientes con COVID-19. Las enzimas podrían ser la clave para romper los grupos de proteínas coagulantes involucrados en esta peligrosa trombosis, que se relaciona con una mayor mortalidad por COVID-19. Se descubrió que los pacientes con COVID-19 en etapa avanzada, tenían altos niveles de Factor de Von Willebrand (VWF por sus siglas en inglés), una proteína de coagulación liberada por las células endoteliales. Las enzimas proteolíticas serrapeptasa, lumbroquinasa y nattoquinasa también actúan como anticoagulantes naturales al descomponer la fibrina que forma coágulos sanguíneos.
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