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El calcio, es el mineral más abundante en el cuerpo y elemento fundamental en la formación, reparación, y mantenimiento de todos los huesos. Las reservas nutricionales principales se encuentran en huesos y dientes. Interviene en la formación de nuevo tejido óseo y ayuda en su fortaleza, integridad y en el mantenimiento saludable de los huesos. Participa en los mecanismos de coagulación, ayuda a regular el ritmo cardíaco, el control del impulso nervioso o la neurotransmisión, la contracción muscular, la síntesis de proteínas y es un imprescindible regulador enzimático.
El calcio necesario se obtiene de una alimentación normal, variada y equilibrada. Aun cuando el déficit se encuentra entre las formas complejas de diagnóstico clínico, existen situaciones que pueden favorecer su carencia y requerir aportes extras que complementen las necesidades diarias.
Estados carenciales aparecen con la edad o se asocian a una falta del mineral en la alimentación habitual. Son susceptibles personas con alimentación deficiente, encamados u hospitalizados de largo tiempo, mujeres en la peri o postmenopausia, intolerantes a la lactosa por su bajo consumo de lácteos o en hábitos vegetarianos. Otras condiciones como: enfermedad hepática o renal, cirugías digestivas, el uso crónico de medicamentos como antibióticos, diuréticos tiazidicos, o productos que afectan la absorción del calcio, pueden cursar o resultar de bajos niveles de calcio en el organismo.
El déficit predispone la aparición de enfermedades o complicaciones como: osteoporosis, cáncer, hipertensión, obesidad, diabetes o la resistencia a insulina. Además, disminuye la masa ósea, aumenta el riesgo de fractura y afecta los mecanismos de homeostasis y regulación de otros minerales como el fósforo, magnesio y potasio, por lo cual contribuye al control de las cifras altas de tensión arterial.
Diversos estudios muestran como el uso de complementos de calcio contribuyen a la prevención o tratamiento de la osteoporosis, osteopenia, osteomalacia u otros trastornos metabólicos dependiente del metabolismo del calcio. Aportes combinados de calcio y vitamina D contribuyen a reducir la desmineralización ósea en mujeres menopáusicas, el riesgo de fracturas y evitan la pérdida de masa ósea. Junto a otros minerales constituye nutriente esencial para el mantenimiento de los mecanismos antiinflamatorios crónicos y reduce el estrés oxidativo lo cual favorece su papel como antioxidante natural del organismo.
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El calcio y el magnesio, son minerales esenciales para la estructura y funcionamiento del tejido óseo. Osteosan® contiene una relación adecuada y proporcionada entre calcio y magnesio para mejorar la absorción y sus efectos a nivel de los tejidos. El magnesio interviene en numerosas reacciones enzimáticas en el organismo y contribuye a la salud cardiovascular, ósea y en el estado de los dientes.
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El citrato de calcio, es la sal más biodisponible y de menos efectos adversos. Los citratos son las sales con mejor biodisponibilidad (hasta un 45%) y con menores síntomas digestivos o molestias gastrointestinales con respecto a otras sales. Bisglicinato de calcio, contribuye al mantenimiento normal de los huesos y los dientes y al funcionamiento del sistema nervioso y la función muscular.
En el metabolismo del calcio intervienen sustancias esenciales como el magnesio o la vitamina D, que al administrarse de forma conjunta favorece el equilibrio nutricional y sus funciones biológicas. Osteosan, contiene citrato y bisglicinato (unido a 2 moléculas de glicina) de magnesio, las formas de mejor biodisponibilidad y seguridad para administrar el magnesio y reponer el déficit a corto y largo plazo. El magnesio participa en reacciones enzimáticas del cuerpo y es importante a igual que el calcio para el metabolismo y la salud de los huesos. Interviene en la producción de hormona paratiroidea, y en la activación de la vitamina D a nivel renal.
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Los aminoácidos presentes en la formulación, como L-Glicina o L-Prolina, mejoran el crecimiento y la rápida recuperación al incrementar la absorción de carbohidratos y otras sustancias. Intervienen en la síntesis de proteínas y tienen propiedades antiinflamatorias con uso e indicación en artrosis, artritis, osteoporosis y otros trastornos musculo esqueléticos del cuerpo. L-Glicina se encuentra entre los aminoácidos no esenciales que intervienen en el metabolismo proteínas, carbohidratos y el aporte de energía al organismo. Ayuda en el control mecánico y motor a la vez que resulta uno de los neurotransmisores inhibidores y tranquilizantes del sistema nervioso. Su ingesta ayuda en el control y prevención de la artritis, enfermedades osteoarticulares o la propia osteoporosis y otras enfermedades degenerativas, específicamente, aquellas asociadas a la integridad del esqueleto o de las funciones mecánicas del cuerpo.
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El extracto seco de ostra (Crassostrea gigas), contribuye al aporte de calcio como fuente natural de y extracto de rápida absorción. Las ostras se reconocen por sus contenido y variedad de vitaminas (A, B y C), aminoácidos (Taurina), minerales y oligoelementos, como el Zinc, elemento necesario para la producción de proteínas y enzimas.
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El bambú (Bambusa arundinacea) aporta un 70% de silicio orgánico, asimilable y biodisponible para el organismo. El silicio resulta vital para el metabolismo de huesos y articulaciones, donde proporciona humedad al cartílago y ayuda en la biosíntesis de colágeno. El extracto de bambú es utilizado en diversas enfermedades de curso crónico, por sus propiedades antiinflamatorias. El silicio además de su rol en el tejido conjuntivo y la síntesis de mucopolisacáridos, también participa en la mineralización del cartílago y del hueso y en la osteogénesis. Diversos estudios muestran el uso beneficioso del silicio para lograr una mejora de la densidad ósea, al participar tanto en la producción de la sustancia de la matriz ósea como en el depósito de sales (mineralización) en los huesos.
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La vitamina K2 (Menaquinona) es nutriente importante para la salud e interviene en la coagulación, la protección cardiovascular, la cicatrización de heridas, y el metabolismo del calcio. Es al menos tres veces superior a la vitamina K1 en cuanto a eficacia en activación del metabolismo esquelético y del calcio, con lo cual contribuye a mantener los huesos sanos.
Diferentes estudios muestran como la vitamina K promueve la fortaleza ósea en adultos y ancianos y es utilizada junto al calcio en la prevención de osteoporosis o disminución del riesgo de caídas y fracturas.
El efecto protector cardiovascular y de prevención de la enfermedad coronaria se atribuye a una disminución de los depósitos de calcio en arterias y órganos.
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La vitamina D3 (Colecalciferol) contribuye a una mejor absorción y metabolismo del calcio y el fósforo en el cuerpo. Contribuye al mantenimiento de niveles normales de calcio en sangre y al mantenimiento de los huesos y dientes en condiciones normales. La vitamina D participa en la regulación sérica de calcio, fósforo y magnesio, minerales esenciales para el mantenimiento de la estructura ósea y sus funciones mecánicas.
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